martes, 16 de abril de 2013
Un pensamiento,sobre la importancia de los ancianos.
"Ruego a los ancianos que están entre vosotros, (yo anciano también con ellos, y testigo de las aflicciones del Cristo, que soy también participante de la gloria que ha de ser revelada): Apacentad la manada de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia vergonzosa; sino con ánimo pronto; y no como teniendo señorío sobre las heredades del Señor, sino de tal manera que seáis ejemplos de la manada. Y cuando apareciere el gran Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria." 1 Pedro 5: 1-4
Esta porción de la Biblia hoy me encrespa los nervios, el tan solo pensar que los ancianos, personas de gran valor moral, honorables, fieles, temerosos de Dios, apartados del mal, buscadores de Dios, dueños de experiencias únicas y de gran valor para la juventud, ellos, estos personajes que casi siempre (por no decir siempre) los miramos con ojos de ternura y amor, lo cual no esta mal PERO es una visión muy pobre a lo que Dios a obrado con ellos, dentro de esa persona cuyas canas cuentan mil historias de experiencia adquirida, están partiendo a la Gloria Celestial, marchan a paso lento con una sonrisa dibujada en su cara llena de marcas de los años; Si prestas atención podrás ver en ellos una insatisfacción, algo podría no andar bien en su vida, ¿pero que? te diré que es, ese pendiente que ellos tienen es por nosotros los jóvenes, la supuesta generación que: danza, que grita, que baila o no se que mas diría En Espíritu y Verdad... En fin, ellos tienen preocupación porque a través de mas de 70 años han visto como se va corrompiendo la verdad de Dios, como pastores amadores de los bienes materiales han corrompido la verdad y sacan provecho, han visto como NOSOTROS vamos cantando y danzando eaeaeaea!! creyendo ir hacia el cielo estamos a punto de caer en el INFIERNO, engañados, olvidándonos de la pureza y la santidad, del Sacrificio substituto de Jesucristo, y poniendo la vista en: el liderazgo , la música, el poder, la unción, los bienes, manejar un buen carro, estar en la mejor escuela, esto vendría a ser un complemento y de una vida piadosa, pero mas aun si ponemos todo lo mencionado a lado de la MAJESTUOSA de cruz, donde podemos ver la SANGRE que hasta hoy sigue redimiendo y haciendo aceptable a muchas personas, TODO se esfuma y es valorado en nada... mira a el anciano de tu iglesia, como un guerrero que el tiempo a dañado, con las rodillas cansadas de orar, lastimado al postrase, míralo como lo que es, una AYUDA!!! para aquellos jóvenes que quieren (no algo nuevo, no buscar un nuevo mover) REGRESAR a la gloria y al poder del evangelio predicado hace 70 u 80 años!! no se trata de buscar algo nuevo, se trata de regresar a los principios y valores ya ANTES establecidos por el Eterno Dios.
Oh amigos jóvenes cuantos charlatanes nos han engañado y nos dan platicas de motivación y autoestima, BASURA!!!!! La experiencia de la Biblia la encontramos grabadas en las canas y arrugas de nuestros ancianos... valoremos, de verdad VALOREMOS a nuestros ancianos. La juventud va engañada a un precipicio de dolor y necesitamos volver a esos valores que los ancianos tienen si es que no queremos ir de mal en peor.
lunes, 8 de abril de 2013
Esto Creemos (Carl Trueman)
Esto Creemos
por Carl Trueman
por Carl Trueman
Muchos cristianos evangélicos desconfían instintivamente en la idea de los credos y confesiones, que no son nada más que formas de palabras bien establecidas, que algunas iglesias han utilizado a lo largo de los siglos para dar una expresión concisa a la fe cristiana. Para estas personas, la sola idea de una declaración extra-bíblica de la fe parece atacar el corazón mismo de su creencia de que la Biblia es la única revelación de Dios, la base toda-suficiente para nuestro conocimiento de Él, y la suprema autoridad en materia de religión.
Ciertamente, los credos y las confesiones pueden ser utilizados de una manera en que socaven la visión ortodoxa protestante de la escritura. Tanto la iglesia Católica Romana como la Ortodoxa Oriental ponen tanta autoridad en las declaraciones de la Iglesia institucional, que pareciera que esta autoridad con la que cuentan los credos se deriva de la aprobación de la iglesia, en lugar de la conformidad con la enseñanza de la Escritura. Los evangélicos tienen razón en querer evitar cualquier cosa que huela a tal actitud. Sin embargo, me gustaría argumentar que los credos y las confesiones deben de cumplir una función útil en la vida de la Iglesia y en la vida de los creyentes.
1.-En primer lugar, los cristianos que no tienen credo simplemente no existen. Declarar que uno tiene "ningún credo, sino solo la Biblia" es un credo, porque la Biblia en ninguna parte se expresa de esa manera. Se trata de una formulación extra-bíblica. En realidad, hay sólo dos tipos de cristianos: los que son honestos sobre el hecho de que tienen un credo y los que niegan que tienen un credo y sin embargo, no obstante, poseen uno. Pregunte a cualquier cristiano lo que él cree, y usted verá que no simplemente recitaran textos de la Biblia, sino que más bien, le ofrecerán un resumen de lo que ven como la enseñanza de la Biblia, enunciando palabras y estructurando oraciones que pueden ser, en un mayor o menor grado, extra-bíblicos. Todos los cristianos tienen creencias (palabras bien estructuradas) que intentan expresar, en renglones cortos, las grandes verdades de la enseñanza bíblica. Nadie debería ver los credos y confesiones como independientes de las Escrituras, ya que estos se formularon en el contexto de una elaborada exégesis bíblica y dependen de la única revelación de Dios, la Biblia.
2.-Ante este hecho, el segundo punto es que algunos cristianos tienen Credos que han sido probados y comprobados por la iglesia a través de los siglos, mientras que los otros tienen Credos que su pastor ha elaborado, o que ellos mismos crearon. Ahora bien, no hay razón necesaria para que este último deba ser inferior al primero, sino que, sobre la base de que no hay necesidad de reinventar la rueda, seguramente no hay ninguna virtud en darle la espalda a las estructuración de las palabras sanas que han hecho un buen trabajo durante cientos de años en la articulación de los aspectos de la fe cristiana y facilitar su transmisión a partir de un lugar a otro y de generación en generación. Si desea, por ejemplo, rechazar el Credo de Nicea (que por supuesto es libre de hacerlo) al menos debe tratar de sustituirlo por una fórmula que haga el trabajo igual de eficaz para muchas personas durante los próximos 1.500 años. Si no puede hacerlo, tal vez la modestia y gratitud, en lugar de iconoclasia, son las respuestas apropiadas al antiguo credo.
3.-En tercer lugar, los credos y las confesiones de la iglesia nos ofrecen puntos de continuidad con la Iglesia del pasado. Como señalé anteriormente, no hay necesidad de reinventar el cristianismo todos los domingos, y en una época como la nuestra, tan anti-histórica y solo orientada hacia el futuro ¿qué mejor movimiento contra-cultural podemos hacer como cristianos para que conscientemente nos identifiquemos con tantos hermanos y hermanas que nos han precedido? Por otra parte, mientras que los protestantes se enorgullecen (con justa razón) en el hecho de que, individualmente, cada creyente tiene el derecho de leer las Escrituras y tiene acceso directo a Dios en Cristo, deberíamos reconocer que el cristianismo es, ante todo, una religión corporativa. El medio que Dios ha usado para operar en la historia ha sido la iglesia, las contribuciones individuales de los cristianos han sido grandes, pero claro, todo palidece con la gran obra de Dios en y a través de la iglesia en su conjunto. Esto es bueno para la teología como para cualquier otra área. Las percepciones de los maestros y teólogos durante siglos han sido profundas, pero no se comparan con la sabiduría corporativa de los piadosos, cuando se reunieron en los grandes concilios y asambleas en la historia de la iglesia.
4.-Esto me lleva a mi cuarto punto: Los credos y las confesiones suelen centrarse en lo que es importante. Los primeros credos, como el de los Apóstoles y el Niceno, son muy breves y lidian con lo que es absolutamente esencial. Sin embargo, esto es cierto incluso de las declaraciones más elaboradas de la fe, como la Confesión Luterana de Augsburgo o la Confesión de Fe de Westminster. De hecho, si nos fijamos en los diferentes puntos doctrinales que estos documentos cubren, es difícil ver qué podríamos dejar fuera sin abandonar algo fundamental e importante. Lejos de ser exhaustivas declaraciones de fe, son resúmenes de lo esencial. Como tales, son particularmente útiles.
Los evangélicos deben amar a los grandes credos y confesiones por todas las razones antes mencionadas. Sin embargo, en última instancia los credos deberían seguirse sólo en la medida en que sean fieles al sentido que tiene la Escritura, sin duda es tonto e irritable que se rechazase una de las principales formas en que la Iglesia ha transmitido cuidadosamente su fe, de edad en edad.
Ciertamente, los credos y las confesiones pueden ser utilizados de una manera en que socaven la visión ortodoxa protestante de la escritura. Tanto la iglesia Católica Romana como la Ortodoxa Oriental ponen tanta autoridad en las declaraciones de la Iglesia institucional, que pareciera que esta autoridad con la que cuentan los credos se deriva de la aprobación de la iglesia, en lugar de la conformidad con la enseñanza de la Escritura. Los evangélicos tienen razón en querer evitar cualquier cosa que huela a tal actitud. Sin embargo, me gustaría argumentar que los credos y las confesiones deben de cumplir una función útil en la vida de la Iglesia y en la vida de los creyentes.
1.-En primer lugar, los cristianos que no tienen credo simplemente no existen. Declarar que uno tiene "ningún credo, sino solo la Biblia" es un credo, porque la Biblia en ninguna parte se expresa de esa manera. Se trata de una formulación extra-bíblica. En realidad, hay sólo dos tipos de cristianos: los que son honestos sobre el hecho de que tienen un credo y los que niegan que tienen un credo y sin embargo, no obstante, poseen uno. Pregunte a cualquier cristiano lo que él cree, y usted verá que no simplemente recitaran textos de la Biblia, sino que más bien, le ofrecerán un resumen de lo que ven como la enseñanza de la Biblia, enunciando palabras y estructurando oraciones que pueden ser, en un mayor o menor grado, extra-bíblicos. Todos los cristianos tienen creencias (palabras bien estructuradas) que intentan expresar, en renglones cortos, las grandes verdades de la enseñanza bíblica. Nadie debería ver los credos y confesiones como independientes de las Escrituras, ya que estos se formularon en el contexto de una elaborada exégesis bíblica y dependen de la única revelación de Dios, la Biblia.
2.-Ante este hecho, el segundo punto es que algunos cristianos tienen Credos que han sido probados y comprobados por la iglesia a través de los siglos, mientras que los otros tienen Credos que su pastor ha elaborado, o que ellos mismos crearon. Ahora bien, no hay razón necesaria para que este último deba ser inferior al primero, sino que, sobre la base de que no hay necesidad de reinventar la rueda, seguramente no hay ninguna virtud en darle la espalda a las estructuración de las palabras sanas que han hecho un buen trabajo durante cientos de años en la articulación de los aspectos de la fe cristiana y facilitar su transmisión a partir de un lugar a otro y de generación en generación. Si desea, por ejemplo, rechazar el Credo de Nicea (que por supuesto es libre de hacerlo) al menos debe tratar de sustituirlo por una fórmula que haga el trabajo igual de eficaz para muchas personas durante los próximos 1.500 años. Si no puede hacerlo, tal vez la modestia y gratitud, en lugar de iconoclasia, son las respuestas apropiadas al antiguo credo.
3.-En tercer lugar, los credos y las confesiones de la iglesia nos ofrecen puntos de continuidad con la Iglesia del pasado. Como señalé anteriormente, no hay necesidad de reinventar el cristianismo todos los domingos, y en una época como la nuestra, tan anti-histórica y solo orientada hacia el futuro ¿qué mejor movimiento contra-cultural podemos hacer como cristianos para que conscientemente nos identifiquemos con tantos hermanos y hermanas que nos han precedido? Por otra parte, mientras que los protestantes se enorgullecen (con justa razón) en el hecho de que, individualmente, cada creyente tiene el derecho de leer las Escrituras y tiene acceso directo a Dios en Cristo, deberíamos reconocer que el cristianismo es, ante todo, una religión corporativa. El medio que Dios ha usado para operar en la historia ha sido la iglesia, las contribuciones individuales de los cristianos han sido grandes, pero claro, todo palidece con la gran obra de Dios en y a través de la iglesia en su conjunto. Esto es bueno para la teología como para cualquier otra área. Las percepciones de los maestros y teólogos durante siglos han sido profundas, pero no se comparan con la sabiduría corporativa de los piadosos, cuando se reunieron en los grandes concilios y asambleas en la historia de la iglesia.
4.-Esto me lleva a mi cuarto punto: Los credos y las confesiones suelen centrarse en lo que es importante. Los primeros credos, como el de los Apóstoles y el Niceno, son muy breves y lidian con lo que es absolutamente esencial. Sin embargo, esto es cierto incluso de las declaraciones más elaboradas de la fe, como la Confesión Luterana de Augsburgo o la Confesión de Fe de Westminster. De hecho, si nos fijamos en los diferentes puntos doctrinales que estos documentos cubren, es difícil ver qué podríamos dejar fuera sin abandonar algo fundamental e importante. Lejos de ser exhaustivas declaraciones de fe, son resúmenes de lo esencial. Como tales, son particularmente útiles.
Los evangélicos deben amar a los grandes credos y confesiones por todas las razones antes mencionadas. Sin embargo, en última instancia los credos deberían seguirse sólo en la medida en que sean fieles al sentido que tiene la Escritura, sin duda es tonto e irritable que se rechazase una de las principales formas en que la Iglesia ha transmitido cuidadosamente su fe, de edad en edad.
From Ligonier Ministries and R.C. Sproul. © Tabletalk magazine. Website: www.ligonier.org/tabletalk. Email: tabletalk@ligonier.org. Toll free: 1-800-435-4343.
miércoles, 13 de marzo de 2013
Adolfo Nicolás Pachón, el Papa Negro.
El Papa será negro.
Esta era la imagen que se implantó en la mente de muchos cristianos, unos, aun desconociendo
de el origen de esta profecía, se aferraban a que este acontecimiento era
verdad. ¿Por qué? Porque pastores incautos creyendo a Nostradamus y San
Malaquías, hicieron un revoltijo de mentiras con un poco de Apocalipsis y ¡Voila!
lo presentaron ante la congregación como una verdad Bíblica.
En el momento que Bergoglio se asomó por el balcón la profecía
del Papa negro terminó, pensé yo. Fue hasta hace unos minutos que me di cuenta
que una gran cantidad de sensacionalistas buscan lo negro del ahora Papa hasta
en lugares ridículos. Lo que ahora se está diciendo es que el Papa sí es negro.
Sí, escuchó usted bien, Francisco I es negro .
“Al general de los jesuitas, le dicen
"El papa Negro", por sus hábitos (vestidos). Bergoglio es jesuita” (La frase está integra, tal y como aparece en el
Twitter de un sensacionalista)
Sí, es verdad, al General de los jesuitas
se le denomina El Papa Negro, título que a muy pocos les agrada y ni siquiera
es algo oficial. Y también Bergoglio es jesuita eso es evidente.
La mentira, no sé si malintencionada (yo
creo que si), está en hacer creer a la gente que Bergoglio es el general
jesuita, si Bergoglio fuera el Papa Negro (nombre correcto: prepósito general de la Compañía de Jesús) sí se podría hablar de un supuesto
Papa Negro. Pero Bergoglio no es el General y con esto quiero hacer ver lo
ridículo de las premisas y conclusiones tontas de los sensacionalistas, son tan
irracionales que no se dan cuenta que el prepósito general de la Compañía de Jesús (Papa Negro) es Adolfo Nicolás Pachón y no Jorge Mario Bergoglio.
lunes, 11 de marzo de 2013
La importancia de Memorizar la Biblia.
El gran héroe de la Reforma, Martín Lutero, llegó a su gran descubrimiento ,de la justificación sólo por la fe, sondeando en las páginas de la Biblia. Desde temprana edad ,en el monasterio Agustino, recibió la influencia de Johann Staupitz, de quien aprendió a amar las escrituras. Lutero se devoró la Biblia en una época cuando otras personas estaban obteniendo doctorados en teología incluso sin haberla leído (la biblia). Lutero dijo que su colega y profesor, Andreas Karlstadt, ni siquiera poseía una Biblia cuando obtuvo su doctorado en teología, y el mismo tampoco la poseía hasta muchos años después (Bucher, Richard. “Martin Luther’s Love for the Bible”). Lutero conocía tanto la Biblia de memoria que cuando el Señor le abrió sus ojos para ver la verdad de la justificación en Romanos 1:17, dijo: “inmediatamente después, recorrí las Escrituras de memoria,” a fin de confirmar lo que había hallado.
Para Martín Lutero memorizar la Biblia er un asunto de suma importancia. Animo a todo creyente a memorizar la Biblia. ¿Necesitas razones para hacerlo? Bien, aquí van:
8 razones por lo cual es bueno memorizar las escrituras (existen muchas, pero para mi estas son las esenciales) :
1. Memorizar las Escrituras hace posible la meditación en tiempos en que no podemos leer la Biblia, y la meditación es el camino al profundo entendimiento. Entonces si tu vas a meditar en la ley del Señor día y noche (Salmo 1:2), ¡necesitas tener algo de ella en la cabeza!
2. Memorizar las Escrituras fortalece mi fe porque la fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios (Rom. 10:17) y eso pasa cuando estoy escuchando la Palabra en mi cabeza.
3. Memorizar las Escrituras sacude la forma en que yo veo al mundo al conformar mi mente al punto de vista de Dios.
4. Memorizar las Escrituras hace a la palabra de Dios más prontamente accesible para vencer las tentaciones del pecado porque las advertencias y promesas de Dios son el camino para vencer las mentiras engañadoras del diablo.
5. Memorizar las Escrituras guarda mi mente haciendo más fácil para mi detectar errores. Y el mundo está lleno de errores porque el dios de este mundo (Satanás) es un mentiroso.
6. Memorizar las Ecrituras me capacita a golpear al diablo en la cara con una fuerza que él no puede resistir, para protegerme a mí mismo y a mi familia de sus ataques. ¡¿Con que lo estas golpeando?! ¡Él es millones de veces mas fuerte que tú! ¡Y te odia! ¡ Y él odia a tu familia, a tu matrimonio, y a la iglesia, y a Dios! ¿Como alguien camina por este mundo dominado por el diablo, sin una espada en su mano? ¡Es lo que no comprendo!
7. Memorizar las Escrituras provee las más fuertes y más dulces palabras para ministrar a otros en necesidad.
8. Memorizar las Escrituras provee la matriz para relacionarnos con Jesús, porque Él me habla a mí en su Palabra y !No en ningún otro lugar! Mas ¡Oh!, !Dulcemente, poderosamente, auténticamente y realmente Él me habla a mi en la Biblia, y luego, yo le hablo a Él en oración y si la Biblia está en mi mente podemos conversar en cualquier lugar, y eso es dulce, es muy dulce.
Para Martín Lutero memorizar la Biblia er un asunto de suma importancia. Animo a todo creyente a memorizar la Biblia. ¿Necesitas razones para hacerlo? Bien, aquí van:
8 razones por lo cual es bueno memorizar las escrituras (existen muchas, pero para mi estas son las esenciales) :
1. Memorizar las Escrituras hace posible la meditación en tiempos en que no podemos leer la Biblia, y la meditación es el camino al profundo entendimiento. Entonces si tu vas a meditar en la ley del Señor día y noche (Salmo 1:2), ¡necesitas tener algo de ella en la cabeza!
2. Memorizar las Escrituras fortalece mi fe porque la fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios (Rom. 10:17) y eso pasa cuando estoy escuchando la Palabra en mi cabeza.
3. Memorizar las Escrituras sacude la forma en que yo veo al mundo al conformar mi mente al punto de vista de Dios.
4. Memorizar las Escrituras hace a la palabra de Dios más prontamente accesible para vencer las tentaciones del pecado porque las advertencias y promesas de Dios son el camino para vencer las mentiras engañadoras del diablo.
5. Memorizar las Escrituras guarda mi mente haciendo más fácil para mi detectar errores. Y el mundo está lleno de errores porque el dios de este mundo (Satanás) es un mentiroso.
6. Memorizar las Ecrituras me capacita a golpear al diablo en la cara con una fuerza que él no puede resistir, para protegerme a mí mismo y a mi familia de sus ataques. ¡¿Con que lo estas golpeando?! ¡Él es millones de veces mas fuerte que tú! ¡Y te odia! ¡ Y él odia a tu familia, a tu matrimonio, y a la iglesia, y a Dios! ¿Como alguien camina por este mundo dominado por el diablo, sin una espada en su mano? ¡Es lo que no comprendo!
7. Memorizar las Escrituras provee las más fuertes y más dulces palabras para ministrar a otros en necesidad.
8. Memorizar las Escrituras provee la matriz para relacionarnos con Jesús, porque Él me habla a mí en su Palabra y !No en ningún otro lugar! Mas ¡Oh!, !Dulcemente, poderosamente, auténticamente y realmente Él me habla a mi en la Biblia, y luego, yo le hablo a Él en oración y si la Biblia está en mi mente podemos conversar en cualquier lugar, y eso es dulce, es muy dulce.
Grosso modo... ¿Si confesares con tu boca?
Grosso modo... ¿Si confesares con tu boca?
Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
-- Romanos 10: 9-10
Esta es una de las partes más hermosas de la Biblia, que muestra la manera en que una persona puede llegar a ser salvo. Aunque si bien en estos versículos no se nos explica a profundidad las dinámicas soteriológicas (dinámicas que se efectúan en la salvación), nos deja ver “un lado de la moneda”, solo quiero diferenciar dos tipos de puntos de partida, podemos ver la salvación desde dos perspectivas, de Dios hacia el hombre, y del hombre hacia Dios.
Mirar la salvación de Dios hacia el hombre trata de comprender a través de la Biblia cómo Dios desde un inicio nos hizo con la capacidad de pecar, como preparó un pago por el pecado del hombre, como tomó forma de hombre para rescatarnos, como vivió en esta tierra, la manera en que tendría que ser pagado el precio, etc., etc., y etc., Mirar la salvación del lado del hombre es un poco más simple, porque prácticamente el hombre no puede hacer nada para ser salvo porque “por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;” , Efesios 2:8. La manera más sencilla de comunicar o explicar la salvación es desde éste “lado de la moneda”, podemos decir cómo se efectuó en nosotros sin necesidad de utilizar palabras rebuscadas la obra de Cristo, y estos versículos son un ejemplo. ¿Por qué lo digo?
Existe la costumbre de interpretar Romanos 10:9-10 en un sentido totalmente literal, sin ver el contexto histórico inmediato, la situación político-religiosa que estaban atravesando Pablo y los cristianos al ser escrita esta carta.
Usemos la lógica un poco, Pablo el gran teólogo muy enfático en la salvación solo por la fe, basta con leer Romanos para darnos cuenta, este mismo Pablo ahora nos dice que la salvación es por medio de fe y algo mas, fe y confesión con la boca. ¿Pero que si la persona no puede hablar? , acaso porque la Biblia dice: “con la boca se confiesa” su significado es literal? Claro que no Y Claro que sí!
"Claro que no" porque no quiere decir que si haces una oración eres salvo, o que gritando: ¡Creo en Jesús!, eres salvo, como si fuera una fórmula mágica o un conjuro. Lo que Pablo quiso decir o mostrar es una relación dicho-hecho, si crees entonces confiesas al mundo que Jesús te salvó.
Lo primero que debes hacer es confesar con su boca a Jesucristo como Señor. Eso significa más que reconocer que Jesús es el Señor, más que decir que Jesucristo es Dios. Después de todo, Santiago 2:19 dice que hasta los demonios saben que Dios es el soberano del universo pero ese conocimiento no los salva.
Confesar a Jesucristo como Señor quiere decir que recibe activamente la verdad de que Cristo es tu Señor y Soberano. Hacer esa confesión significa expresar en voz alta delante de los demás su profunda convicción personal, sin reservas, de que Jesucristo es tu dueño.
Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo” (Lc. 9:23). Esa es una afirmación asombrosa, considerando el modo en que las personas piensan acerca de la función de Jesucristo en su vida hoy, El evangelio no es acerca de la satisfacción de sí mismo, como muchos suponen. Es acerca de la abnegación. Nadie puede confesar a Jesucristo como Señor y decir: “Muy bien, Jesucristo, voy a dejarte entrar en mi vida y quiero que me hagas una persona de éxito y mejores mi matrimonio y reduzcas mi falta de habilidad en el golf”. El evangelio no es acerca de Jesucristo que viene a su vida y le da lo que usted desea. Es acerca de ir usted ante Jesucristo y decirle: “Dios, ten misericordia de mí, pecador. Sálvame”. Es decir: “Jesucristo, te reconozco como mi Soberano, Maestro y Señor. Me aparto de mis propios deseos y mi propia necesidad de controlar mi vida. Me someto a todo lo que quiera para mí”.
El joven rico no haría eso (Lc. 18:18-27). Jesús le dijo que hiciera una cosa: Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres y luego sígueme. Usted no se salva por deshacerse de su dinero. Lo que Jesús quería era probar el compromiso del hombre con Jesús como su Señor. Él le pudo haber pedido que hiciera centenares de cosas distintas pero Jesús escogió algo que él sabía que probaría su disposición a negarse así mismo. El joven rico no pudo someterse al gobierno de Cristo sobre él. No pudo confesar de esa manera que Jesucristo era el Señor de su vida. Se fue triste y sin la salvación.
Lo segundo que debe hacer para ser salvo es creer en su corazón que Dios resucitó a Jesucristo de los muertos. Creer en la resurrección quiere decir que usted también cree que Jesucristo murió en la cruz y resucitó de los muertos como la señal de que en realidad es el Mesías, levantado finalmente a la más elevada posición para gobernar con el Padre. Dios el Padre puso el sello de aprobación divina sobre la perfecta obra de Jesucristo, su vida sin pecado y su muerte expiatoria, cuando lo resucitó de los muertos. La resurrección fue la validación suprema de su ministerio y de su identidad.
Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
-- Romanos 10: 9-10
Esta es una de las partes más hermosas de la Biblia, que muestra la manera en que una persona puede llegar a ser salvo. Aunque si bien en estos versículos no se nos explica a profundidad las dinámicas soteriológicas (dinámicas que se efectúan en la salvación), nos deja ver “un lado de la moneda”, solo quiero diferenciar dos tipos de puntos de partida, podemos ver la salvación desde dos perspectivas, de Dios hacia el hombre, y del hombre hacia Dios.
Mirar la salvación de Dios hacia el hombre trata de comprender a través de la Biblia cómo Dios desde un inicio nos hizo con la capacidad de pecar, como preparó un pago por el pecado del hombre, como tomó forma de hombre para rescatarnos, como vivió en esta tierra, la manera en que tendría que ser pagado el precio, etc., etc., y etc., Mirar la salvación del lado del hombre es un poco más simple, porque prácticamente el hombre no puede hacer nada para ser salvo porque “por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;” , Efesios 2:8. La manera más sencilla de comunicar o explicar la salvación es desde éste “lado de la moneda”, podemos decir cómo se efectuó en nosotros sin necesidad de utilizar palabras rebuscadas la obra de Cristo, y estos versículos son un ejemplo. ¿Por qué lo digo?
Existe la costumbre de interpretar Romanos 10:9-10 en un sentido totalmente literal, sin ver el contexto histórico inmediato, la situación político-religiosa que estaban atravesando Pablo y los cristianos al ser escrita esta carta.
Usemos la lógica un poco, Pablo el gran teólogo muy enfático en la salvación solo por la fe, basta con leer Romanos para darnos cuenta, este mismo Pablo ahora nos dice que la salvación es por medio de fe y algo mas, fe y confesión con la boca. ¿Pero que si la persona no puede hablar? , acaso porque la Biblia dice: “con la boca se confiesa” su significado es literal? Claro que no Y Claro que sí!
"Claro que no" porque no quiere decir que si haces una oración eres salvo, o que gritando: ¡Creo en Jesús!, eres salvo, como si fuera una fórmula mágica o un conjuro. Lo que Pablo quiso decir o mostrar es una relación dicho-hecho, si crees entonces confiesas al mundo que Jesús te salvó.
Lo primero que debes hacer es confesar con su boca a Jesucristo como Señor. Eso significa más que reconocer que Jesús es el Señor, más que decir que Jesucristo es Dios. Después de todo, Santiago 2:19 dice que hasta los demonios saben que Dios es el soberano del universo pero ese conocimiento no los salva.
Confesar a Jesucristo como Señor quiere decir que recibe activamente la verdad de que Cristo es tu Señor y Soberano. Hacer esa confesión significa expresar en voz alta delante de los demás su profunda convicción personal, sin reservas, de que Jesucristo es tu dueño.
Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo” (Lc. 9:23). Esa es una afirmación asombrosa, considerando el modo en que las personas piensan acerca de la función de Jesucristo en su vida hoy, El evangelio no es acerca de la satisfacción de sí mismo, como muchos suponen. Es acerca de la abnegación. Nadie puede confesar a Jesucristo como Señor y decir: “Muy bien, Jesucristo, voy a dejarte entrar en mi vida y quiero que me hagas una persona de éxito y mejores mi matrimonio y reduzcas mi falta de habilidad en el golf”. El evangelio no es acerca de Jesucristo que viene a su vida y le da lo que usted desea. Es acerca de ir usted ante Jesucristo y decirle: “Dios, ten misericordia de mí, pecador. Sálvame”. Es decir: “Jesucristo, te reconozco como mi Soberano, Maestro y Señor. Me aparto de mis propios deseos y mi propia necesidad de controlar mi vida. Me someto a todo lo que quiera para mí”.
El joven rico no haría eso (Lc. 18:18-27). Jesús le dijo que hiciera una cosa: Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres y luego sígueme. Usted no se salva por deshacerse de su dinero. Lo que Jesús quería era probar el compromiso del hombre con Jesús como su Señor. Él le pudo haber pedido que hiciera centenares de cosas distintas pero Jesús escogió algo que él sabía que probaría su disposición a negarse así mismo. El joven rico no pudo someterse al gobierno de Cristo sobre él. No pudo confesar de esa manera que Jesucristo era el Señor de su vida. Se fue triste y sin la salvación.
Lo segundo que debe hacer para ser salvo es creer en su corazón que Dios resucitó a Jesucristo de los muertos. Creer en la resurrección quiere decir que usted también cree que Jesucristo murió en la cruz y resucitó de los muertos como la señal de que en realidad es el Mesías, levantado finalmente a la más elevada posición para gobernar con el Padre. Dios el Padre puso el sello de aprobación divina sobre la perfecta obra de Jesucristo, su vida sin pecado y su muerte expiatoria, cuando lo resucitó de los muertos. La resurrección fue la validación suprema de su ministerio y de su identidad.
Usted será salvo solo cuando haya reconocido y aceptaro a Jesucristo como su Señor y haya creído que su muerte en la cruz fue el sacrificio eficaz por su pecado, validado por su gloriosa resurrección. Usted cree con su corazón y es justificado ante Dios; usted confiesa con su boca y confirma esa realidad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)